viernes, 24 de abril de 2015


PRIDE. MUCHO MÁS QUE LA COMEDIA DEL AÑO

Un elenco que forma un grupo humano absolutamente enternecedor, divertido y cotidiano. Una dirección de actores sobresaliente, fruto de la sacrificada y gratificante experiencia en el teatro inglés de Matthew Warchus. Una historia con alma; la necesidad de la reivindicación y del querer tolerante. Su crítica a la política del garrote y la iglesia, al conservadurismo más empolvado y retrógrado, es sutil, eficaz, hecha desde el humor y el optimismo. Margaret Thatcher out!!! Un canto a las familias de amigos, que se forman silenciosas en la travesía larga de las dificultades. Las fuerzas de una comunidad en ayuda a otra.

PRIDE; Verano de 1984. Margaret Thatcher gobierna y el Sindicato Nacional de Mineros ha convocado una huelga. La represión es feroz. Durante la manifestación del Orgullo Gay en Londres, un grupo de jóvenes se dedica a recaudar fondos para ayudar a las familias de los mineros. Pero hay un pequeño problema: el sindicato, prejuicioso, no lo acepta. Los activistas no se desalientan; deciden saltarse al sindicato e ir directamente a los mineros, de modo que escogen un pueblecito de Gales al que van en un minibús. Así empieza la extraordinaria historia de cómo dos comunidades totalmente diferentes se unen por una causa común.

Pocas veces se aplaude en cine. Con esta película se aplaudió. La sala de los Golem, abarrotada en domingo, se sumó a un aplauso que el metraje parece fabricar desde el comienzo. Se trata de una comedia madura, ingeniosa, que calibra muy bien lo convencional y lo propio, la humanidad de cada una de sus pequeñas historias. De todas las escenas, tal vez el baile reivindicativo de Dominic West…; esta historia nos llama a avanzar bailando, año a año, la esperanza de que cuando muchas voces se unen, se repliega la injusticia, la mano de hierro. 




sábado, 18 de abril de 2015


UN CUENTO TURBADOR 

FELICES 140 es una falsa comedia, un cuento turbador auspiciado por la valía de algunos de los mejores intérpretes de madurez que ha dado el cine español en los últimos tiempos felices (?), acosados por una política desleal que sigue sin entender la cultura como una cuestión de Estado: Marian Álvarez, Antonio De La Torre, Eduard Fernández, Nora Navas y, con las manos en el timón, una soberbia Maribel Verdú. A la escasa media hora de metraje, una escena muy sencilla, pero con fuerza, en la que los personajes, en torno a un piano, cantan una espontánea versión del money money, no es sino el centro narrativo de una historia que se vuelve oscura y amarga, un conciso retrato de la avaricia, la envidia y el egoísmo. 


FELICES 140 es otra gran reflexión en torno a la cultura del consumo, del materialismo que ciega hasta a la amistad, que se presenta marcada de límites, endeble. 
El cine de Gracia Querejeta tiene la buena costumbre de no abusar del artificio; sus historias lucen una naturalidad delicada, como si observásemos a través del hueco de una pared, al estilo Norman Bates, la vida de unos personajes siempre definidos y en nada maniqueos, pues la culpa se reparte, generosa. La sensación que dejan sus películas es la de querer saber más de la vida de esos seres tan de nuestra tierra, de postergar la despedida. Ocurría con las Siete meses de billar francés, ocurría con Cuando vuelvas a mi lado, con ese viaje de las tres hermanas a la muerte de la madre, en busca del pasado, de otra historia, en definitiva. Nos sigue cautivando el personaje de la gran Julieta Serrano es este film del 99, el recuerdo de esa tía mitad bruja mitad abuela, de carácter fuerte, frágil también, que, como una Potnia, sabe mucho, y sin cuyas cartas ya habría mucho ánimo derribado, por el suelo en polvo y estrellas. 

Cuando vuelvas a mi lado (1999).
QUEREJETA, un cine maduro, comprometido, que con la apariencia blanca de las vidas sencillas reflexiona en torno a los conflictos primeros, los errores. Ya lo decía Jean Luc Goddard: la fotografía es verdad. Y el cine es una verdad 24 veces por segundo. Querejeta aspirar a esa misma verdad, y lo consigue.